Los congresos partidarios tienen varios puntos en común. Ya sean radicales o peronistas, o lo que fuese, de algo podemos estar seguros: habrá choripanes, sandwiches y/o empanadas, algún vasito de agua y/o gaseosa y mucho café (para no dormirse, políticamente hablando, claro).
También siempre se encuentran ambientados por himnos como "Los muchachos peronistas...", o bien, otra de las grandes piezas de la música proselitista argenta, "Adelante radicales...", que sirven para incentivar las bases militantes, preocupadas por los lineamientos del partido (principalmente), y porque no se vaya a escapar el pibe que lleva los sandwiches.
Ahí cayó este periodista con su pequeño grabador rojo. Esta vez, me tocó el congreso provincial peronista (que sí, ha diferencia del radical, es mucho más festivo)donde se decidiría (algo que ya estaba acordado de antemano, entre delasotistas y schiarettistas)prorrogar los mandatos de las actuales autoridades que conducen el PJ cordobés.
Entonces, ustedes -al igual que lo hice yo- se preguntarán qué sentido tendría aquella comunión justicialista...pues bien, supongo que sirvió para estrechar lazos entre sectores que -probablemente- se "matarán" por ingresar dentro de la lista de cara al 2011, que será armada por el propio gobernador Juan Schiaretti.
Como una reunión de amigos, donde hubo abundantes citadores profesionales de Perón y Evita, pero que también tuvo sus momentos candentes, como cuando el concinero del Hotel Mónaco -donde se realizó el evento- se trenzó en una candente disputa con un militante en defensa de una (por demás) sabrosa empanada criolla.
El resto fue exposición, palmada en la espalda, manito al hombro, reiterados apretones, alguna miradita cómplice y un poco de discusión; como para no faltar al manual político.
La decisión estaba tomada, pero todavía hacía falta que se dieran estos factores "partidarios" que hacen que uno se sienta como un extraterrestre.
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