Los domingos me deprimen.
Suelen ser días tristes, vacíos, dolorosos para el alma.
Transmiten un cansancio existencial, un vacío tremendo, que trato de esquivar.
Cuando hoy me desperté, tratando de rearmar mi cabeza (y, sobretodo, mi estómago) despues de un fin de semana de cumpleaños, tomé conciencia que era domingo y me dispuse a ver cómo le esquivaba a la bajada del sol (esa luz naranja, que es hermosa en cualquier día menos un domingo), al asadito con la familia (que pocas veces tengo, gracias a Dios), al inicio de la semana, y a ver cómo bajaba las revoluciones del viernes y del sábado.
Los planes son un tanto reducidos un domingo, suele costarnos decidir como escaparle a la idea de tirarnos del embudo o bajo un colectivo amarillo del Transporte de la Villa, así que enumeré mis opciones en una suerte de lista.
-Irme por ahí, pasear, quizás tomarme el Tren de las Sierras
(Buena idea, pensé, en un primer momento, pero busqué sobre mi mesa de luz algún billete, alguna moneda, lo que sea, y no había nada. Y como no tengo un auto/moto/cuadri/bici/caballo propio, la situación se complicaba. Encima tenía el problemita del horario, tenía que entrar a la redacción a las cinco, y ya eran...Carajo!, Ya eran las tres!.
Descartado, totalmente...)
-Ir al cine, a ver cualquier cosa. Da igual.
(No sería malo, estaría bien oculto de la luz anaranjada adentro de una sala, con aire acondicionado, con alguna gaseosa en la mano. Además tendría la cabeza despejada, estaría bueno. Miré mi reloj, hice el cálculo y el tiempo me daba para mirar una película e irme al diario. Llegué a la puerta del cine, miré las películas a ese horario, miré el precio y salí corriendo)
-Llamar a alguien y salir a tomar algo por ahí.
(Agarré el teléfono y busqué algunos amigos, a Gonza (su estado no le permitía siquiera levantarse), Buba (no tenía ganas, algo habitual en el), Fede (ahh, Fede estaba en Barcelona), Emi (trabajaba en alfajores La Quinta, con gorrita y todo), Lulú (en otra cosa, no disponible), Mingo (no daba, el tipo se llama Domingo, nada más inadecuado para un domingo), Anita (en recuperación, noche de amigas), Daniela (durmiendo, resposo, en sus aposentos, no atiende), Juli (comiendo un asado con la familia, ahhh, una víctima del domingo en toda su humanidad), Belén (lost in the jungle). Dejé de buscar... descartado.)
Miré a mi alrededor. La computadora, sin internet.
Mis libros, no aptos para escaparle al domingo.
La tele...no, por Dios. Una de las herramientas que dejan en evidencia lo triste del domingo con películas viejas, malas y, generalmente, con protagónicos de Jackie Chan, Guillermo Francella, Jean Claude Van Damme y demás.
Entonces estaba ahí, un DVD de Soda Stereo. El último concierto...
Lo puse, me puso contento, me hizo recordar el haberlos visto en el Chateu Carreras, hace ya casi un año y sonreí.
Me reí pensando que corté la depresión de un domingo con Soda....
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