Llegué a la conclusión de que soy un amante de las cosas básicas. No es que me moleste la elaboración, pero si me agrada -mucho más- lo simple, lo frontal, lo concreto.
Mientras hablaba con una amiga por telefono, me di cuenta de que tengo una fascinación casi maravillosa por la crudeza de la realidad. Desprovista de elementos de relleno, de accesorios, de montajes.
Así trato de mostrarme también, tan real y auténtico como me sea posible. ¿Qué si fracaso?, probablemente más de una vez. Probablemente miles de veces, pero aún sigo en la búsqueda de una verdad tan personal como colectiva.
Si soy minimalista, la verdad no lo sé. No puedo saberlo, porque ese es, tan solo, un término y yo hablaba con el corazón. Entonces, ¿que más?; pensé, ya se hacía tarde para soñar sueños largos y muy temprano para todo lo demás, una concepción, por cierto, bastante minimal.
16 abril, 2009
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario